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sábado, 25 de junio de 2011

Diferencia entre irse e írsenos

Remedios llegaba a mi casa,
Encorvadita por el peso,
Metidos entre las pasas,
Estaba siempre algún queso.
Dios la acoge ahora en casa,
Indultó ya al injusto preso,
Olvida el dolor, descansa.
Serena, tranquila. Un beso.

La gente se va, todos nos vamos. Sin embargo algunos no se van, se nos van. He escuchado esta mañana que hoy se cumplía el segundo aniversario de la muerte de Michael Jackson. Eso quiere decir que, hace dos años, yo estaba en Bratislava trabajando. Por cierto, qué traidora es la memoria. Pensaba que cuando pasó eso ya estaba en el apartamento pero no, estaba en el hotel. Ciertamente tiene sentido porque en el apartamento yo no veía la televisión. Y además en el apartamento la televisión estaba a la derecha mientras que mis recuerdos sobre el lugar donde me enteré de la noticia estaba a la izquierda. Y tanto, como que era la habitación del hotel con la cama a la derecha y la televisión enfrente. El caso es que lo viví más o menos así: http://donmingo-2009.blogspot.com/2009/06/au-revoir-mon-amour.html

Volviendo al tema que te quema, que diría un amigo mío al que hace tiempo que no veo, hace ya dos años del inicio de los cuatro vuelos semanales durante veinte semanas. Hace ya también dos años de la muerte de Michael Jackson que murió más joven de lo que suele ser normal hoy en día, aunque posiblemente con una edad no demasiado infrecuente para megaestrellas que no sabemos muy bien dónde tienen la cabeza.

Esta semana, casi dos años después, murió Peter Falk, el mítico agente Colombo. Murió con 83 años de demencia senil. No debió ser una mala muerte, se fue olvidando de todo poco a poco (posiblemente sufrió al ver que no iba recordado ciertas cosas) pero llegado el momento el dolor y las molestias fueron más para los que tuviera cerca. Y con aproximadamente la misma edad, uno o dos años más quizás, murió una tía de mi madre, la tía Remedios, un ejemplo de mujer.

No sé muy bien por qué, hay gente que con un contacto casi mínimo te marca y hay gente que con mucho mayor contacto no lo hace. Recuerdo el caso de vecinos con los que probablemente he tenido bastante más contacto que con la tía de mi madre, la Tita Remedios. Llegado el momento estos vecinos han muerto y no han conseguido que aflore en mí ningún sentimiento especial. No sé si eso denotará en mí un cierto componente de carencia de empatía o de extremada tranquilidad pero creo que no porque efectivamente sí que hay otras personas que sí provocan ese sentimiento en mí. En concreto esta mujer.

Esta mujer tiene en común con otra que también dejó una marca parecida el hecho de ser buenas personas. Y estoy hablando de mi tía, esta vez tía de verdad, hermana de mi padre, que murió con 53 años. En ambos casos sentí que, no sé si habrá un cielo, pero al menos debería haberlo para personas como ellas. El recuerdo de mi tía Remedios es poco más o menos el que he intentado dejar translucir en el acrónimo, que por cierto contiene alguna ligerísima licencia poética como es el "Encorvadita"). Ella era de Vélez, tenía su campito y se venía a Málaga a vender algunos de sus productos. Supongo que tenía ya compradores fijos para sus quesos (sobre todo recuerdo lo de los quesos). El caso es que cualquier día, de buenas a primera, tocaba en la puerta presentándose con cualquier cosa, sobre todo quesos o uvas (aunque eso era más cuando venían en coches o cuando mi abuela, su cuñada, venía de allí). Se estaba un par de horas visitando a su hermano, cuñada y sobrinos y volvía para Vélez.

Ya hace algo menos de tiempo, sufrió la amputación de una pierna y pese a todo quedó inaccesible al desaliento yendo y viniendo con su silla de ruedas motorizada y siendo plenamente autosuficiente. Así, con su silla de ruedas aparece en la foto de mi boda, una de las últimas veces que la vi. Luego la vería una vez en su casa cuando fuimos a recoger a mi abuela y ya luego en el hospital cuando le amputaron la segunda pierna. Con ese golpe y las sucesivas complicaciones sí que no pudo. Demasiado castigo para una persona buena. Su muerte ha supuesto una liberación para los que la querían y cuidaban pero, sobre todo, para ella. Descanse en paz.

Mi tía Remedios es de estas personas que se nos (me) han ido. Eso ya no tiene solución e incluso cabe pensar si sería bueno que la tuviera porque solo significaría que seguiría sufriendo. Sin embargo para otros la cosa sí que tiene solución (espero). Hoy, alguien que tiene a alguien con salud delicada, se marchaba de forma precipitada. Esperemos que solo haya sido un susto y todavía le dure mucho tiempo.

Un saludo, Domingo.

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