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sábado, 30 de julio de 2011

De fútbol y literatura

Hoy, tras la correspondiente gira por Irlanda, hemos vuelto al fútbol. De hecho debíamos haber vuelto el jueves pero las vacaciones se han adelantado y por ahora solo seguiremos los sábados ... hasta la feria. No está mal porque hoy he notado menos molestias que las últimas veces, molestias que provienen, sin duda, de los partidos de los jueves. Y nada, un tres para tres decente en el que se ha vuelto a evidenciar que tendría que perder unos kilillos para ponerme al nivel de Pepe, que ha vuelto a ir y volver con la bici. Con un par.

Tras el fútbol real, el virtual. Ese que podríamos describir, libremente, de forma parecida a la siguiente:

La gente está ya prácticamente toda en la grada. Solo los últimos rezagados apuran estos instantes de impasse con el codo apoyado en la barra del bar. Unos miran con desgana los vasos de cristal que no pueden sacar del mismo. No es por beberse el güiski con coca cola, eso lo hacen encantados, es por la necesidad de tener que hacerlo ahora mismo de un trago y dejando el hielo casi intacto, que es lo que en realidad les gusta de ese acto social, el jugueteo con los cubitos de hielo. Otros, ya con el paladar anestesiado por el vaso vacío, se impulsan contra la barra con la fuerza necesaria para que la newtoniana reacción les baje del taburete y les dirija hacia el campo como cordero que va al matadero. Hoy se presenta un día complicado ... un día de esos en los que gusta ir al fútbol.

En los que más o menos gusta ir al fútbol. Me preguntaban no hace mucho si iba a comprarme la nueva equipación del málaga de 65 euros. Me llamó la atención que supieran, sin ser de Málaga, el precio de la equipación pero supuse que habría salido en algún noticiero junto a los fichajes que ha hecho el jeque (bueno, pagado más que hecho) y a la expectación que se ha levantado en la ciudad. De hecho, esta misma mañana, cuando llegué al partido, mis compañeros estaban hablando de lo mismo.

También me llamó la atención que me dijeran el precio como si este fuera excesivamente caro cuando yo tenía entendido que las equipaciones oficiales solían costar más o menos eso. De hecho, acabo de mirar en una página de internet que vende equipaciones y las del Málaga, Madrid o Barcelona andaban de media por ahí, con un mínimo de unos 45 euros y un máximo de 100 y pico en modelos puntuales de conmemoración.

Así que dije que no, que no iba a comprarme la elástica y que nunca lo había hecho. Hace tiempo que el fútbol me interesa más por la gente con la que lo juego, ya sea virtual o real, que por los fichajes o los siete partidos del siglo que se juegan cada año. A pesar de todo, y no sé si de forma un tanto incoherente, reconozco ser ojeador del Marca por internet y de estar interesado, normalmente, en el mercado de fichajes :-).

Y hablando de internet, la próxima semana probaré una combinación que supone uno de los pocos caprichos que, de vez en cuando, me doy. Dicen los que lo han probado que la experiencia es muy buena y que acaban por apenas utilizar el ordenador. Y probablemente será cierto, excepto por la experiencia de escribir, ya sea un correo, ya sea en un blog. Pero, por ejemplo, la simple lectura de noticias o correo puede que sí resulte bastante cómoda. En fin, no falta mucho (espero) para que lo sepa de primera mano.

Lo que sí tengo claro es que la lectura de libros seguirá siendo, por ahora y salvo sorpresa mayúscula durante muchos años, en formato físico. En este sentido, el viaje ha supuesto un pequeño parón en el que estaba leyendo (me lo hubiera llevado y posiblemente lo habría acabado pero preferí llevarme alguno menos voluminoso) en beneficio de un clásico: Sherlock Holmes. Esto me ha permitido recordar por qué hace 20 años, unos 22 para ser exactos, sus aventuras me gustaron tanto que me bebí aquel pequeño tomo de 900 páginas y letra casi minúscula. Esta vez han sido solo 300 de tamaño más esponjoso y en versión original, pero el encanto sigue siendo el mismo, si no mayor, por el hecho de que la película no estuviera doblada. Por cierto, una de las fotos que quizás suba es de Belfast. Allí había una pintada con las letras VR. Nuestro guía las tradujo como "Victoria Regis" (igual que tradujo PoW como prisionero político en vez de prisionero de guerra). El primer fallo podría haberlo evitado de haber leído y recordado a Conan Doyle cuando narra cómo Holmes había "escrito" a base de balazos esas iniciales en su pared y lo que ellas significaban: "Victoria Regina".

Un saludo, Domingo.

jueves, 28 de julio de 2011

Estamos de vuelta - Táimid ar ais

Al menos eso dice el traductor de Google Español/Irlandés.

Cuando tenga algo más de tiempo pondré alguna fotillo pero, sin lugar a dudas, Irlanda merece ser visitada. En Dublín, nada más llegar, te puedes sentir perfectamente como si vivieras en el Dublín de hace 50 ó 100 años, ese por el que dicen que caminaba el Ulysses de Joyce que todavía tengo pendiente (un día de estos me animaré a iniciar el combate y a ver quién cae primero si él o yo :-D).

Y, además de los increíbles paisajes de valles, ríos y cristales de autobuses mojados (y eso que tuvimos suerte y solo nos llovió dos días), yo destacaría sobre el resto las dos siguientes cosas

La Calzada del Gigante o de los Gigantes esa misma que estudiábamos en BUP hará 20 años con sus espectaculares columnas de basalto (fotos en google) como las del chiste :-D
La profesora lleva una muestra de mineral a la clase
- A ver Jaimito, ¿qué es esto? (Le enseña el mineral).
(Tímido por no saber) - Una piedra
Un compañero intenta soplarle la respuesta:
- Basalto
Jaimito, gritando, dice:
- ¡¡¡Una piedra!!!

Y la ciudad medieval de Kilkenny con más fotos en Google.

Un saludo, Domingo.

sábado, 16 de julio de 2011

Take it easy

Bueno, se acabaron (aunque solo por un mes y no del todo) los madrugones y esas cosillas que llevan asociadas. Aunque también es verdad que siempre, bueno no siempre, últimamente más bien, que voy a quejarme de mi trabajo pienso en todos los que tienen vacaciones forzosas. Mi casa paterna, sin duda, es muy afortunada. Dos hijos y los dos trabajamos en condiciones aceptables o incluso buenas o muy buenas en comparación con tantos y tantos trabajos que hay por ahí.

Sin salir de la familia, mis primos por ejemplo, los que tienen, tienen trabajos mucho más precarios con horarios de esos que solo son posibles porque la cosa está como está. Y por el lado político, el panorama es parecido. Así que, definitivamente, no tengo derecho a quejarme.

Una vez hecha la necesaria aclaración (aclaración que por otra parte, a pesar de su necesidad, es posible que se me olvide otras veces), ya estoy de vacaciones. Y durante las vacaciones pues el viaje, Dios mediante, a uno de los países PIGS,aunque ya somos los PIIGS y casi que ya podemos ser los BIGSIP con la ayuda de Bélgica. De hecho lo de BIG SIP vendría a cuento con el país en cuestión, habida cuenta de su fama :-D.

¿Y qué más?, pues quiero quedar con algún que otro amigo, hacer deporte, sacar los perrors, ir a la playa, a la piscina y , por supuesto, cualquier otra sugerencia que añada la señora. No vamos a descubrir ahora quién es quien manda en cualquier casa :-D.

Y pensar, es posible que también piense. Últimamente me ha dado por pensar en convertirme en emprendedor en algún día. Pero desde luego no sería un emprendedor de los de liarse la manta a la cabeza y a ver qué sale. Sería un emprendedor de los que saltan con red. Tampoco tendría por qué ser un emprendedor de los que crean Twitter, quizás alguna tontería, algo como hobby. No sé. El tiempo dirá.

Y también me ha dado por pensar qué haría si tuviera la vida resuelta. Y posiblemente me dedicaría a vivir. Quizás escribiera algo, algo con poco éxito porque cada vez que leo me doy cuenta (no sé si de forma equivocada o no) que para escribir como me gustaría tendría que saber mucho más de lo que sé. A pesar de todo, escribir me gusta. Quizás no me apasiona pero sí me gusta. Y, es curioso, pero me gustan dos cosas muy diferentes. Me gusta escribir como escribo en un blog, centenares de palabras que transmiten solo dos o tres conceptos. Creo que en el blog escribo como hablo, que es prácticamente como habla mi madre. Te empieza a contar algo pero se pierde en los detalles de cosas que no tienen nada que ver y yo me aguanto las ganas de decirle que vaya directamente al grano porque no me siento capacitado para ello. Me pasa lo mismo cuando utiliza alguna palabra o algún tiempo verbal de forma incorrecta.

Y frente a esta forma que me recuerda en cierta forma a los protocolos de internet, pues del tráfico generado por la red, el contenido es solo una parte, parte que a veces (solo a veces) es muy pequeña. El resto son sentencias típicas de los protocolos como de dónde viene a dónde va, a qué dedica el tiempo libre, etc. Pues frente a esta forma, está la totalmente opuesta. En mi caso se trata de las rimas y más concretamente los acrósticos. Recuerdo ahora, aunque parcialmente, uno que envié hace unos meses al resto del equipo. Habían sido unas semanas antes los cumpleaños de tres de ellos y no habían llevado nada para celebrarlo así que se pusieron de acuerdo, nos reunieron en una sala y nos agasajaron con un buen desayuno para expiar su mala conciencia. El desayuno además fue disfrazado de reunión, convocándonos a la sala tal a la hora cual como una reunión de equipo cualquiera. Y también como una reunión de equipo cualquiera había que levantar acta de la misma. Además alguien sugirió que hiciera alguna rima y la unión de ambas ideas dio lugar a algo parecido a lo siguiente:

Acta de un desayuno,
Cerrando ciclos cumpleañeros
Tantos manjares dulceros
Alcoholes no hubo ninguno.

Se trata en este caso de cuatro versos de rima sonante, no excesivamente largos, más bien cortos, catorce palabras en total. Pues bien, con catorce palabras se expresan las siguientes ideas:

  1. Es un acta de una reunión, lo más importante y que va en el acróstico.
  2. La reunión en cuestión no era sino para desayunar.
  3. El motivo del desayuno eran los cumpleaños atrasados.
  4. Se hace un paralelismo de los cumpleaños con cosas de trabajo que se abrieron hace tiempo y no se terminaban de cerrar. Eso en cuestión, era importante en aquel momento pues parte del equipo estaba centrado en eso.
  5. Hubo muchos dulces e incluso sobraron. La gente lo comentaba durante el desayuno, como en casi todos estas celebraciones, tendemos a comprar de más.
  6. Hubo bebidas de diferentes tipos, pero ninguna alcohólica. Esa fue también el otro gran comentario, entiendo que apoyado sobre todo por los bebedores sociales. A mí la verdad es que me tiraban más los zumos que había sobre la mesa que las bebidas espirituosas que faltaban.

Y yo creo que ya está, que no es poco. Con catorce palabras se transmiten seis ideas para cuya explicación es necesaria, de media, bastante más que esas catorce palabras. Vamos que la ratio de compresión es bastante alta. Y eso es precisamente lo que me gusta de las rimas, poder contar una historia en unos pocos versos, cortos, a poder ser.

Así que, posiblemente, si escribiera un libro, algún acróstico que otro caería. Ahh, eso sí. En ese libro imaginario también me impondría un límite: 300-400 páginas a lo sumo. Libros como el que estoy leyendo ahora y como el anterior de 600-700 páginas que no te terminan de enganchar del todo (más el de ahora) hacen que sea más fácil darles de lado. Si no tuviera la manía de terminarlos, posiblemente al actual le daba carpetazo. Aunque bueno, también recuerdo uno de Pérez reverte en el que lo mejor con diferencia (para mí, claro está) eran las últimas 50-100 páginas.

Un saludo, Domingo.

sábado, 9 de julio de 2011

Horario de verano

Iniciamos el horario de verano con la rutina de otros años y con ganas de que fuera la rutina de otros días, los de invierno. Acostumbrado a llegar a casa no antes de las ocho de la tarde, hacerlo sobre las tres y media se convierte en una experiencia trascendental. Si a eso le sumamos que unos días (por ahora la mayoría) puedes echarte una siesta y otros (por ahora la minoría) puedes salir a correr con los perros para después bañarte en la piscina, el resultado no puede sino ser absolutamente positivo. Algo así como un uno en una escala del cero al uno :-D.

En el lado todavía (sí,cabe), más positivo están las vacaciones. Ahora a solo una semana de distancia. A partir del próximo viernes empezarán cuatro semanitas en las que descansar, viajar y, en general, todo lo que se pueda.

Bueno, había pensado en hacer alguna rimilla para esta entrada pero al final he aprovechado para otra que llevaba bastante tiempo postergada y que, además, es larguilla. Así que esta vez lo dejaremos con esta minientrada más la promesa de una interesante sobre-sobre-mesa compuesta de merienda más siesta :-).

Aunque pensándolo mejor, sí que voy a contar algo más: me he "tabletizado". O al menos he comprado la promesa de poder "tabletizarme" en un futuro, quién sabe si cercano. El domingo pasado, ECI (El Corte Inglés) puso una amplia selección de artículos de informática al 18% de descuento. Entre ellos no estaba el ubicuo iPad. La verdad es que, de haber estado, me lo hubiera pensado por no decir que lo hubiera comprado pero no, no estaba. Y de haber estado hubieran sido tantos los compradores que posiblemente habría que esperar semanas a que los fueran repartiendo. Aunque para eso tampoco es necesario que sea el iPad. Basta con que sea el sucedáneo de iPad con Android 3.0 HoneyComb que yo compré. Una semana después y el pedido todavía está en preparación ... ¡¡¡y eso que no pedí papel de regalo!!!. Así que a ver cuándo me llega y a ver qué tal la sensación, que espero que muy positiva. En fin, ya lo contaré ... espero.

Un saludo, Domingo.

sábado, 2 de julio de 2011

Cosas raras

En el trabajo noto las cosas un tanto raras. No sé si son de un raro excepcional o más bien de un raro común. Puede que sea por la presión del momento, puede que sea porque se fían más de lo que dice la gente de Bratislava aún cuando para mí resulta de una claridad más que meridiana que los que tenemos siempre todo a tiempo somos nosotros y los que no son ellos. Ya en su momento, pasó algo curioso. Tras un fallo ciertamente descomunal del que yo fui el primero en informar, me vinieron a decir los de arriba que ellos lo habían descubierto (discutible pero bueno, se podría interpretar así si por lo que sea todavía no habían llegado a mi correo) y que, aunque los responsables de probarlo eran los de Bratislava, la culpa no dejaba de ser nuestra por no haberlo hecho bien. Fue curioso tanto en cuanto me había tirado dos o tres días no solo facilitando que la gente de Bratislava pudiera hacer su trabajo sino en muchos casos haciéndolo yo. Lo hablamos y aparentemente se aclaró.

Ahora estamos en un impasse, parecido a otros impasses anteriores en los que nos hemos dedicado a hacer cosas que en teoría no habría por qué hacerlas pero que luego han resultado muy útiles por no decir que nos han salvado la vida, metafóricamente hablando, claro está. Así que nada, seguiremos trabajando, luchando contra los malos entendidos haciéndolo lo mejor posible. Hace tiempo que personalmente sé que , muy probablemente, la única gratificación recibida será la de saber que se hace lo máximo posible y a veces más.

Por lo demás, hay más cosas raras en mi vida. Cosas raras como jugar un partido el jueves, perder 7-6 si no recuerdo mal y que tres goles y cuarto sean míos y además de una factura impropia de un jugador con las carencias técnicas que tengo. El primer gol fue un centro chut desde dentro del área que el pretendido receptor no pudo alcanzar pero que, afortunadamente, tampoco pudo alcanzar el portero y acabó en la red. El segundo fue un desmarque en profundidad, un balón bombeado de esos que se les manda a la gente que es buena y, igual que los que son buenos, lo cacé mientras bajaba tocándolo lo suficiente como para despistar al portero y anotarme mi segundo gol. El cuarto de gol llegó cuando le dije al portero que subiera a rematar que él remataba muy bien (algo que hubiera sido cierto siempre). Él subió, hubo un rebote, le cayó en la pierna menos buena y, en efecto, remató bien y acabó en gol. Yo quería el mérito de la mitad del gol pero decidieron concederme solo un veinticinco por ciento del mismo.

Y quedó el gol de tarde, con protagonistas conocidos. Tres de los que jugamos los sábados. Atacando yo, intentando sacar un córner. Defendiendo los otros dos, uno de portero y otro, que va muy bien de cabeza, de defensa. Como había sacado uno o dos córners y se me habían quedado abiertos (a pesar de todo pudieron rematarlos pero sin éxito), esta vez decidí que lo sacaría más cerrado. Y así fue. Tan cerrado que casi marco un gol olímpico en la primera ocasión. No recuerdo quién lo despejó pero posiblemente el protagonista de las siguientes jugadas. Total que me dispuse a sacar de nuevo. Y de nuevo intenté no sacar tan abierto como las primeras veces y de nuevo me salió cerrado buscando a uno de mi equipo que se encontraba tapado por los anteriormente descritos futbolistas sabáticos. Y en esto que veo como el portero canta como un bellaco y deja pasar el balón y en esto que veo como el defensa se convierte en improvisado delantero y manda un testarazo al fondo de las mallas.

Hay que reconocer que quitó algo de mérito al gol la cantada del portero y algo de belleza ( o quizás no pues fue inapelable) el cabezazo del defensa. De haberse contenido en su afán de despeje, el balón estoy convencido de que hubiera entrado él solito en la portería o como poco hubiera sido rematado por mi compañero. Pero bueno, eso nunca lo sabremos. Lo que sí sé es que salí exultante tras marcar el que puede considerarse el primer gol olímpico de mi vida, el empate a seis y el que hacía el tercer gol y cuarto en mi haber.

Pero no sería justo olvidar que en la jugada subsiguiente, el otrora defensa (era defensa porque defendía en el córner y va bien de cabeza pero no es esa su posición habitual) se lanzó como un caballo desbocado, no sé si directamente con el balón o si es que se lo pasaron pero llegando fuera del área lanzó un globo picado que no pinchado que superó a nuestro portero goleador (que realmente estaba en su sitio) y entró por la escuadra dejando una sensación en mi retina que me obligó ipso facto a aplaudir algo de tan bella factura.

Y hablando de bellas facturas ... Google Plus. La verdad es que hace años que los productos Google me conquistaron (a pesar de algún que otro fiasco como Google Waves). Hace años que no uso Hotmail (y ya menos porque lo importo en gmail) y por no usar ya no uso ni MSN. Posiblemente mi gran descubrimiento Google fue Google Reader que ya ha desbancado de facto a mi suscripción a las noticias que tenía. Me gustó mucho Google Body, pero evidentemente no es algo para usar todos los días. Ya ahora aparece Google Plus, a intentar echarle la pata por encima a Facebook. Antes no entraba mucho en FB, para aceptar a alguien que me hubiera añadido o enviado un mensaje o lo que fuera. Como todo el mundo está ahí y lo estará durante un tiempo, supongo que mi relación con Facebook seguirá siendo la misma. Sin embargo, la propuesta de Google en principio me gusta más por su simplicidad y, por supuesto, por la integración con el resto de productos Google. No creo que la gente se vaya a volver loca pasado de Facebook a Google Plus pero si idean algo para conectarlos de forma que no necesite iniciar sesión en Facebook nunca más, casi que se lo agradecería :-). Por ahora lo que es compartir noticias en Twitter lo hago a través de Google Reader por lo que tampoco sería algo tan raro ¿no?.

Así que en este caso lo raro será, aunque nunca se sabe, que yo utilice Facebook o Google Plus tal como lo utilizan muchos compañeros/amigos. A pesar de que eso pudiera en un futuro penalizarme para alguna entrevista de trabajo, que dicen que es lo que está pasando en algunos sitios :-O. Como decía aquel, cuando un tonto coge un camino, se acaba el camino y el tonto sigue :-D.

Raro es marcar un gol,
Aún más raro, tres bonitos.
Raro, muy raro marcarlos yo,
Olvídate ya, no seas rarito.

Un saludo, Domingo.