Acaba febrero. A decir verdad todavía le quedan un par de días. Quizás no debería dictar su sentencia de muerte de forma tan despreocupada pero me gustan los riesgos :-). Así que acaba febrero y con él se va , además del 16% del año, la andadura en Hattrick (el miércoles perdí con las botas de fútbol virtual puestas), la primera fase del trabajo que nos va a ocupar este año en el trabajo y supongo que algunas cosas más. Acaba febrero pero quedan otras cosas, como el compromiso de la aseguradora de averiguar qué está causando la humedad o algunos momentos especialmente graciosos en el trabajo.
El miércoles pasado, 23F, ocurrieron varias cosas. La primera fue que la aseguradora mandó al detector de fugas que la certificó pero no la localizó/centró como se dice en su jerga. El fontanero, también enviado por la aseguradora, tampoco lo hizo. Tras perder la mañana con ellos, volví al trabajo. Ya no recuerdo muy bien lo que hice aquel día pero posiblemente casi lo mismo que todos los días. Sí que recuerdo que en la radio hablaban de otro 23F, el famoso. También recuerdo que tenía un 50% de posibilidades de ganar o empatar el partido de Hattrick y otro 50% de perder. Esta vez tocó cruz. Tampoco me importó mucho, haber llegado esta vez a formar parte de los 8 últimos (que no mejores) hacía que el resultado quedara casi en anécdota. Pero el caso es que no pensé en escribir sobre HT. Pensé en escribir sobre el 23F.
Todo el mundo comentaba estos días qué hacía aquel día. Bueno, al menos todos los que tuvieran una cierta edad. Yo no llegaba a los 5 años y no recuerdo absolutamente nada. Este es el principal motivo por el cual pensé en titular la entrada del blog con algo así como: "No recuerdo absolutamente nada del 23F". En particular, no recuerdo al general Armada ni a Suárez ni si el Rey estaba al tanto o lo auspiciaba y junto a él un amplio elenco del arco parlamentario. Y casi que tampoco me importa hoy en día. Y supongo que esto es malo. Es malo porque hay que tener presentes los momentos en los que nuestra integridad (como personas individuales, como grupo, como estado ... ) corre peligro. Por otro lado es bueno porque significa que durante toda mi vida he vivido en democracia/pseudodemocracia (pseudodemocracia más que nada porque la Constitución es del 78 pero viendo lo que tenemos ahora casi que no haría falta hacer el inciso).
Sin embargo, lo que más me ha llamado la atención estos días no es ni el 23F ni si debería estar más o menos interesado. Lo que más me ha llamado la atención es algo recurrente en mí: el paso del tiempo. He visto estos días fotografías de hace 30 años. He visto personas que estaban en la plenitud de la vida y ahora son ancianos. He leído a gente que comentaba cómo los llamaron el 23F al teléfono de la oficina "porque entonces no había móviles". No hubiera estado de más decir que no escribieron nada al día siguiente en su blog ni en twitter "porque entonces no había internet" :-).
Sobre este y otros asuntos, he visto actores o presentadores de televisión de cuando yo era un niño. Antes eran jóvenes y ahora apuran su segunda juventud. He visto fotos de la empresa (de su gente, claro está) de hace 10 años y no puedo sino maravillarme de lo rápido que pasa el tiempo y del efecto que va teniendo en nosotros, en todos los sentidos.
A mí antes me preocupaban algunas cosas, entre ellas las que más, posiblemente los amigos. Me daba mucha pena haber perdido el contacto con tal o cual persona. Ya la verdad es que no. En general, situaciones que antes me hubiera tomado de una forma, ahora me las tomo de forma muy distinta y no lo lamento, en todo caso lamento no haberlo hecho antes.
Un saludo, Domingo.
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Pues sí, el tiempo pasa. Y lo peor es preguntarse qué he hecho con ese tiempo que ya no volveré a tener.
ResponderEliminarYo sin embargo soy de la opinión de que el tiempo es una cosa que siempre sobra... tenemos todo el tiempo de nuestra vida por delante, para hacer lo que queramos o lo que podamos... y cuando ese tiempo se agote, pues simplemente ya no va a importar, porque no tendremos conciencia de ese fin... así que lo mejor es disfrutard e cada momento lo que podamos y no hacer cábalas sobre lo que se deja atrás, sino de lo mucho que tienes por delante.
ResponderEliminarBesos
Yo me sitúo en medio de los dos. En principio, incluso aunque a veces me pregunto por qué hubiera pasado de hacer tal o cual cosa, la verdad es que el pasado no me importa mucho (o eso quiero creer). Pero por otro lado sí que es cierto que el tiempo que nos espera no es igual al tiempo que ya dejamos atrás. Al igual que vamos ganando en algunas cosas, en otras (y estoy pensando en todo lo que tiene que ver con el/lo físico) perdemos. Por ejemplo, si tengo que volver a memorizar cosas como un poseso, me gustaría que fuera antes de los 40 :-).
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