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sábado, 16 de julio de 2011

Take it easy

Bueno, se acabaron (aunque solo por un mes y no del todo) los madrugones y esas cosillas que llevan asociadas. Aunque también es verdad que siempre, bueno no siempre, últimamente más bien, que voy a quejarme de mi trabajo pienso en todos los que tienen vacaciones forzosas. Mi casa paterna, sin duda, es muy afortunada. Dos hijos y los dos trabajamos en condiciones aceptables o incluso buenas o muy buenas en comparación con tantos y tantos trabajos que hay por ahí.

Sin salir de la familia, mis primos por ejemplo, los que tienen, tienen trabajos mucho más precarios con horarios de esos que solo son posibles porque la cosa está como está. Y por el lado político, el panorama es parecido. Así que, definitivamente, no tengo derecho a quejarme.

Una vez hecha la necesaria aclaración (aclaración que por otra parte, a pesar de su necesidad, es posible que se me olvide otras veces), ya estoy de vacaciones. Y durante las vacaciones pues el viaje, Dios mediante, a uno de los países PIGS,aunque ya somos los PIIGS y casi que ya podemos ser los BIGSIP con la ayuda de Bélgica. De hecho lo de BIG SIP vendría a cuento con el país en cuestión, habida cuenta de su fama :-D.

¿Y qué más?, pues quiero quedar con algún que otro amigo, hacer deporte, sacar los perrors, ir a la playa, a la piscina y , por supuesto, cualquier otra sugerencia que añada la señora. No vamos a descubrir ahora quién es quien manda en cualquier casa :-D.

Y pensar, es posible que también piense. Últimamente me ha dado por pensar en convertirme en emprendedor en algún día. Pero desde luego no sería un emprendedor de los de liarse la manta a la cabeza y a ver qué sale. Sería un emprendedor de los que saltan con red. Tampoco tendría por qué ser un emprendedor de los que crean Twitter, quizás alguna tontería, algo como hobby. No sé. El tiempo dirá.

Y también me ha dado por pensar qué haría si tuviera la vida resuelta. Y posiblemente me dedicaría a vivir. Quizás escribiera algo, algo con poco éxito porque cada vez que leo me doy cuenta (no sé si de forma equivocada o no) que para escribir como me gustaría tendría que saber mucho más de lo que sé. A pesar de todo, escribir me gusta. Quizás no me apasiona pero sí me gusta. Y, es curioso, pero me gustan dos cosas muy diferentes. Me gusta escribir como escribo en un blog, centenares de palabras que transmiten solo dos o tres conceptos. Creo que en el blog escribo como hablo, que es prácticamente como habla mi madre. Te empieza a contar algo pero se pierde en los detalles de cosas que no tienen nada que ver y yo me aguanto las ganas de decirle que vaya directamente al grano porque no me siento capacitado para ello. Me pasa lo mismo cuando utiliza alguna palabra o algún tiempo verbal de forma incorrecta.

Y frente a esta forma que me recuerda en cierta forma a los protocolos de internet, pues del tráfico generado por la red, el contenido es solo una parte, parte que a veces (solo a veces) es muy pequeña. El resto son sentencias típicas de los protocolos como de dónde viene a dónde va, a qué dedica el tiempo libre, etc. Pues frente a esta forma, está la totalmente opuesta. En mi caso se trata de las rimas y más concretamente los acrósticos. Recuerdo ahora, aunque parcialmente, uno que envié hace unos meses al resto del equipo. Habían sido unas semanas antes los cumpleaños de tres de ellos y no habían llevado nada para celebrarlo así que se pusieron de acuerdo, nos reunieron en una sala y nos agasajaron con un buen desayuno para expiar su mala conciencia. El desayuno además fue disfrazado de reunión, convocándonos a la sala tal a la hora cual como una reunión de equipo cualquiera. Y también como una reunión de equipo cualquiera había que levantar acta de la misma. Además alguien sugirió que hiciera alguna rima y la unión de ambas ideas dio lugar a algo parecido a lo siguiente:

Acta de un desayuno,
Cerrando ciclos cumpleañeros
Tantos manjares dulceros
Alcoholes no hubo ninguno.

Se trata en este caso de cuatro versos de rima sonante, no excesivamente largos, más bien cortos, catorce palabras en total. Pues bien, con catorce palabras se expresan las siguientes ideas:

  1. Es un acta de una reunión, lo más importante y que va en el acróstico.
  2. La reunión en cuestión no era sino para desayunar.
  3. El motivo del desayuno eran los cumpleaños atrasados.
  4. Se hace un paralelismo de los cumpleaños con cosas de trabajo que se abrieron hace tiempo y no se terminaban de cerrar. Eso en cuestión, era importante en aquel momento pues parte del equipo estaba centrado en eso.
  5. Hubo muchos dulces e incluso sobraron. La gente lo comentaba durante el desayuno, como en casi todos estas celebraciones, tendemos a comprar de más.
  6. Hubo bebidas de diferentes tipos, pero ninguna alcohólica. Esa fue también el otro gran comentario, entiendo que apoyado sobre todo por los bebedores sociales. A mí la verdad es que me tiraban más los zumos que había sobre la mesa que las bebidas espirituosas que faltaban.

Y yo creo que ya está, que no es poco. Con catorce palabras se transmiten seis ideas para cuya explicación es necesaria, de media, bastante más que esas catorce palabras. Vamos que la ratio de compresión es bastante alta. Y eso es precisamente lo que me gusta de las rimas, poder contar una historia en unos pocos versos, cortos, a poder ser.

Así que, posiblemente, si escribiera un libro, algún acróstico que otro caería. Ahh, eso sí. En ese libro imaginario también me impondría un límite: 300-400 páginas a lo sumo. Libros como el que estoy leyendo ahora y como el anterior de 600-700 páginas que no te terminan de enganchar del todo (más el de ahora) hacen que sea más fácil darles de lado. Si no tuviera la manía de terminarlos, posiblemente al actual le daba carpetazo. Aunque bueno, también recuerdo uno de Pérez reverte en el que lo mejor con diferencia (para mí, claro está) eran las últimas 50-100 páginas.

Un saludo, Domingo.

2 comentarios:

  1. Felices vacaciones Domingo, aunque hace tiempo que no hablamos, te sigo leyendo ;-)

    Un abrazo.

    Antonio Arquero.

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  2. Muchas gracias Antonio. La verdad es que el viaje ha estado muy bien. Por cierto, a ver si das señales de vida (alguna más, quiero decir) y te cuentas algo ;-).

    Un saludo, Domingo.

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