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sábado, 9 de abril de 2011

Un viernes largo

Así se podría resumir esta semana, como un viernes largo o un largo viernes. La verdad es que todo empezó el lunes cuando llegué al trabajo con algo menos de ganas de las de costumbre. Y me dije que algo tenía que hacer porque si no corría el riesgo de acabar ... como muchas veces me encuentro y como posiblemente se encuentra el 90% de los que no están en paro (dentro del mal, el menos). Recordé las típicas imágenes/vídeos de animalitos que reflejan a la perfección el sentir de más de uno y más de dos (¿serán quizás profecías autocumplidas?. Y tras recordarlas pensé que no estaría mal que todos los días fueran viernes. Y claro, me puse a ello.

Nada más llegar le dije a algún compañero con el que me encontré en el guardarropa algo así como que menos mal que ya era viernes. Y se rió, incluso sin saber de qué hablaba, lo cual era buena señal :-). Luego a la hora de la comida se lo comenté a los compañeros con los que como y también les pareció divertido. Por último, se lo dije a uno de Bratislava y yo creo que este fue al que más le gustó la idea. Durante toda la semana no ha dejado de recordarme que era viernes y de preguntarme qué tal lo llevaba.

La primera vez, de hecho, me dijo que si saldría a las 3 con eso de que era viernes. Le dije que no, que precisamente porque era viernes no me importaba quedarme algo más ese día. Luego también me dijeron, no sé si este chico u otra persona, que así el viernes iba a perder su gracia pero la verdad es que no me importaba, por lo pronto ese lunes pasó de forma completamente diferente. Es curioso con lo que nos podemos distraer. Y también es curioso que tengamos la posibilidad de alegrarnos un día de forma tan tonta. ¿Qué más me dijeron?. Creo que en algún momento también me dijeron algo así como que ya quedaba menos para el último viernes y entonces les respondí que sí porque el viernes la verdad es que se me estaba haciendo larguillo.

Y es cierto. El primer viernes de la semana (ahora los días se diferencian así), no sé si por esta tontería o por qué pero la verdad es que todo fue bastante bien. El segundo llegué al trabajo y ni me acordaba de que era viernes. Fue cuando me preguntaron cuando me di cuenta y bueno, ese pasó más o menos normal, como los anteriores segundos viernes de semana. El tercero y el cuarto yo creo que se parecieron bastante a lo que antes solían llamarse miércoles y jueves porque ahí ya prácticamente estás viendo el fin de semana. Ahora el cuarto viernes de cada mes es un viernes pero antes no era un jueves, era un casi viernes. Y el día anterior un casi-casi viernes. Así que de esos tampoco puedo resaltar mucho.

Y por último sí, el último viernes de la semana. Ese yo creo que fue absolutamente igual a lo que antes llamábamos viernes, excepto por el problemilla de última hora que hizo que llegara a casa algo más tarde. Algo más tarde pero todavía a una hora de las que no son en absoluto extrañas, lamentablemente. En fin, no mucho más que eso ha sido mi semana. La próxima repetiré a ver qué tal. Yo creo que el método es bueno y de hecho los portugueses tienen un método similar. A ver si ahora que Fukushima es un recuerdo solo reavivado por otros terremotos, que lo de Gadaffi es ... otra guerra más y que solo nos importa el rescate a Portugal por si luego fuéramos nosotros, reinventamos la rueda portuguesa y llamamos a todos los días de la semana de la misma forma. En fin, en algo tendremos que entretenernos de aquí a 10 años que parece que será lo que tardemos en estar más o menos como estábamos.

Un saludo, Domingo.

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